Embárcate en una jornada de sol y mar en la Costa Brava, donde cada playa y cala es un tesoro natural.
Desde la arena fina y dorada de Aiguablava hasta los acantilados rojizos de Illa Roja, cada playa de Begur despierta una emoción distinta. En Sa Tuna, la calma se refleja en sus aguas cristalinas; en Sa Riera, el espacio abierto invita a paseos sin prisa.
Cada rincón de la costa de Begur es una postal viva, donde la naturaleza habla en colores, texturas y silencios que solo el Mediterráneo sabe ofrecer.
En la Costa Brava no hay dos playas iguales. Algunas te envuelven con su arena cálida y su amplitud abierta al horizonte; otras te susurran al oído desde la intimidad de una cala rocosa. En todas, el agua cristalina, la luz mediterránea y la quietud natural se combinan para ofrecer una experiencia que va más allá del paisaje: es una forma de estar, de sentir, de vivir el mar.
El núcleo de Fornells agrupa varias calas encantadoras como Ses Orats y Cala d'en Malaret. Sus aguas tranquilas y paisajes de postal lo convierten en un rincón ideal para pasear, nadar o disfrutar del entorno. Muy cerca del Cap de Begur, es también punto de partida para rutas por el camino de ronda GR-92 y excursiones en kayak o paddle surf.
Cala Aiguablava es uno de los parajes más emblemáticos de la Costa Brava, con su arena dorada y aguas de un azul turquesa que le hacen honor a su nombre. Rodeada de un entorno natural de gran belleza, esta playa ofrece un espacio ideal para nadar, tomar el sol o simplemente dejarse llevar por la calma del paisaje. Su fondo marino y fácil acceso la convierten en una de las más apreciadas de la zona.
La pequeña cala de Aiguafreda es un refugio tranquilo rodeado de pinos y rocas. Sin arena pero con aguas cristalinas y fondo rocoso, cuenta con un pequeño embarcadero y es perfecta para el buceo o un baño relajante. Aiguafreda transmite paz y autenticidad, ideal para quienes buscan una cala poco concurrida en un entorno natural que se ha mantenido prácticamente intacto al paso de los años.
Sa Riera es la cala más extensa de Begur, una amplia playa de arena abrazada por vegetación y acantilados suaves. Sus aguas limpias y tranquilas, junto con la cercanía de senderos y calas, invitan a explorar sin prisas. A pesar de su tamaño, conserva un ambiente relajado, perfecto para pasar el día o disfrutar de un baño con vistas abiertas al mar.
Cala Sa Tuna es una de las calas más pintorescas de Begur, enclavada entre acantilados y casas de pescadores. Sus aguas cristalinas y su ambiente recogido la convierten en un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad y belleza en estado puro. Es un rincón lleno de encanto, perfecto para una escapada relajante en un entorno que parece detenido en el tiempo.
Famosa por la gran roca rojiza que le da nombre, Cala de l’Illa Roja es una de las playas más singulares de la Costa Brava. Rodeada de acantilados y abierta al mar, esta playa es también conocida por ser una de las pocas zonas nudistas de la comarca, lo que refuerza su carácter libre y natural. Ideal para quienes buscan desconectar en un entorno espectacular y respetuoso con la naturaleza.
Platja Fonda es una de las playas más especiales y salvajes de Begur. Resguardada por altos acantilados y con arena oscura y gruesa, conserva un carácter virgen que la hace única. El acceso solo a pie y la ausencia de edificaciones refuerzan su atractivo natural. Es un lugar ideal para quienes buscan desconexión total en un entorno espectacular y silencioso.
Situada al pie de los acantilados del cabo de Begur y limitando con la Platja Gran de Pals, Cala El Racó es una cala de cantos rodados y aguas limpias, perfecta para el baño o el snorkeling.
Ofrece una vista privilegiada del mar abierto y del relieve costero, y es un excelente punto para apreciar la fuerza y la belleza del paisaje de la Costa Brava en su estado más puro.
Cala d’en Malaret es una cala recogida y protegida, de aguas transparentes y ambiente sereno. Rodeada de vegetación y con fondo rocoso, es ideal para nadar o practicar snorkel. Aunque suele ofrecer tranquilidad, durante los meses de verano puede concentrar más visitantes debido a su belleza y fácil acceso. Aun así, sigue siendo un rincón muy especial para disfrutar del mar en calma y en contacto con la naturaleza.
La pequeña Cala n'Estasia, recogida entre rocas y vegetación, es uno de los rincones más tranquilos de la costa de Begur. Se accede a pie por un sendero que parte desde la zona de Fornells. Aunque el camino no es difícil, sí requiere calzado adecuado y algo de atención, especialmente al acercarse al nivel del mar. Cala n’Estasia ofrece como recompensa aguas claras y un ambiente íntimo en conexión con la naturaleza.